El Dolor de Espalda

El dolor de espalda es simplemente eso: dolor en la espalda. El dolor puede permanecer localizado en la columna o puede irradiarse a las nalgas o las pantorrillas (ciática). La mayoría de los episodios de dolor de espalda tienen su causa en trastornos mecánicos. En muchos casos, la inactividad, por ejemplo, estar mucho tiempo sentado o de pie, agrava los síntomas del dolor de espalda. En raras ocasiones, puede ser el resultado de más 60 enfermedades graves y puede provocar una discapacidad importante y un aumento de los gastos médicos. La buena noticia es que aproximadamente la mitad de las personas con lumbalgia mejoran en 1 o 2 semanas, y el 90 % se recupera en 8 semanas.
¿Qué causa el dolor de espalda?
La mayoría de los episodios de dolor de espalda tienen su causa en trastornos mecánicos relacionados con accidentes o con incidentes ocurridos al levantar peso, o cambios progresivos asociados al envejecimiento. En el 10 % de los casos, el dolor de espalda es consecuencia de enfermedades sistémicas.
Los trastornos que afectan a la parte inferior de la espalda se pueden dividir en “mecánicos” y “sistémicos”. Los siguientes son algunos de los trastornos mecánicos que pueden provocar dolor de espalda:
- Distensiones musculares que, en general, se relacionan con actividades físicas prolongadas, como palear nieve, trabajar en el jardín o conducir durante mucho tiempo. Las distensiones graves también pueden ocurrir al realizar tareas cotidianas a partir de una postura doblaba o de rotación.
- La osteoartritis y la enfermedad degenerativa del disco provoca el estrechamiento de los discos intervertebrales ubicados entre las vértebras de la columna. Este estrechamiento ocurre comúnmente como resultado del envejecimiento. Las vértebras adyacentes generan espolones en las articulaciones facetarias de la columna como respuesta a la presión creciente que soportan. Los crecimientos óseos pueden causar dolor localizado en la espalda o dolor en las piernas asociados al pinzamiento de los nervios.
- Una hernia de disco intervertebral puede causar dolor de espalda asociado con espasmos musculares, así como dolor intenso en las piernas cuando el disco presiona un nervio en la parte baja de la espalda. El dolor que baja por la pierna se denomina “ciática”. Una hernia de disco puede provocar la pérdida de la función del nervio, lo que puede incluir la pérdida del reflejo, la sensibilidad y la fuerza muscular.
- La estenosis espinal es un estrechamiento del canal que ocupa la médula espinal. Ese estrechamiento se debe a varias causas, como los espolones óseos que se desarrollan en la zona de las articulaciones facetarias, el engrosamiento de los ligamentos de la columna o el abultamiento de un disco. El canal estrechado comprime la raíz nerviosa y provoca dolor, entumecimiento o debilidad en la pierna. El dolor aumenta al estar de pie, doblarse o sentarse, y se puede aliviar al cambiar de postura o posición.
- La hiperostosis esquelética idiopática difusa (DISH), como resultado del crecimiento excesivo de los huesos, puede afectar las vértebras desde el cuello hasta la parte inferior de la espalda, y causar dolor y rigidez.
Los trastornos sistémicos pueden causar dolor de espalda e incluyen la espondilitis anquilosante, la osteoporosis, los tumores, las infecciones en la columna y la osteoporosis que provoca fracturas por compresión.
¿Cómo se diagnostica y se trata el dolor de espalda?
Habitualmente, se necesita conocer los antecedentes médicos, hacer un examen físico y estudios de radiología estándares para diagnosticar la lumbalgia. En algunos casos, aquellas personas que no responden a la fisioterapia inicial pueden someterse a pruebas por imágenes especializadas, como una resonancia magnética (MRI) o tomografía computarizada (CT) para verificar si, además, hay tejido blando, hernia de disco, estenosis espinal, tumores o lesiones nerviosas.
Cuando se trata el dolor de espalda, el reposo en cama debe mantenerse al mínimo. Los pacientes deben seguir haciendo sus actividades cotidianas, siempre que sean tolerables. La derivación a un fisioterapeuta para desarrollar un programa de ejercicio individualizado y recibir educación sobre cuidados de la espalda baja es muy recomendable para los pacientes con dolor de espalda.
Si bien se debe suspender la actividad física excesiva hasta que se alivie el dolor, hay ejercicios que pueden ayudar a disminuir el dolor. Los ejercicios para el manejo del dolor pueden incluir ejercicios de flexión (doblarse hacia adelante), ejercicios de extensión (doblarse hacia atrás), estiramiento y fortalecimiento.
Los masajes con hielo de 5 a 10 minutos aplicados en un área dolorida dentro de las primeras 48 horas de inicio del dolor pueden ayudar a aliviarlo. El calor puede ayudar a relajar los músculos y puede utilizarse para tratar el dolor de espalda que dura más de 48 horas. En muchos casos, los analgésicos de venta libre como la aspirina, el acetaminofén y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) son adecuados para controlar los episodios de dolor de espalda, y los relajantes musculares pueden ayudar a aquellas personas con movimiento limitado a causa de la tensión muscular.
Está comprobado que la masoterapia ayuda a las personas con dolor muscular crónico, y se sabe que algunos pacientes con dolor de espalda de origen mecánico en la zona cervical, torácica o lumbar mejoraron con la manipulación espinal.
Una pequeña parte de los pacientes con lumbalgia puede necesitar una cirugía, en especial aquellos que tienen dolor en la pierna a causa de una hernia de disco intervertebral, estenosis espinal o tumores que afectan las estructuras de la columna.
Convivir con el dolor de espalda
En la mayoría de los casos, las personas con lumbalgia mejoran en un plazo de dos a seis semanas. El objetivo es minimizar las recurrencias y, si bien estar en buen estado físico no previene todos los episodios de dolor de espalda, hará que sea más fácil resolverlos. Es posible que deba hacer cambios en su estilo de vida. Asegúrese de estar atento a su cuerpo, hacer ejercicio, alimentarse bien y mantener un estilo de vida saludable. Si fuma, deje de hacerlo, ya que es un factor de predisposición para el dolor de espalda. Por su parte, la obesidad no provoca dolor de espalda, pero es un factor que dificulta la resolución del problema. Si tiene sobrepeso, trate de aumentar su nivel de actividad física y comer alimentos más saludables para estar en forma. No hay una dieta en particular que prevenga los episodios de lumbalgia.
Actualizado en diciembre de 2020 por Robert W. Richardson, fisioterapeuta (FT), miembro de la Asociación Estadounidense de Fisioterapia (APTA); y revisado por el Comité de Comunicaciones y Mercadotecnia del Colegio Estadounidense de Reumatología.
La presente información se proporciona con el único fin de brindar educación general. Para el asesoramiento médico profesional, el diagnóstico y el tratamiento de afecciones médicas o de salud, consulte a un proveedor de atención médica calificado.