Espondiloartritis

La espondiloartritis (o espondiloartropatía) es el nombre de una familia de enfermedades reumáticas inflamatorias que causan artritis. Difiere de otros tipos de artritis, ya que involucra los sitios donde los ligamentos y tendones se unen a los huesos, llamados "entesis". Los síntomas se presentan de dos maneras principales. La primera es la inflamación que provoca dolor y rigidez, con mucha frecuencia en la columna. Algunas formas de esta enfermedad pueden afectar manos y pies o brazos y piernas. El segundo tipo de síntomas es la destrucción ósea que provoca deformidades en la columna y funcionamiento deficiente de hombros y caderas.
La más común de estas enfermedades es la espondilitis anquilosante, que afecta principalmente la columna. Otras son:
- espondiloartritis axial, que mayormente afecta la columna y las articulaciones de la pelvis
- espondiloartritis periférica, que perjudica en su mayoría brazos y piernas
- artritis reactiva (antes conocida como síndrome de Reiter)
- artritis psoriasica
- artritis enteropática o espondilitis asociada con enfermedades inflamatorias del intestino (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn).
¿Qué causa la espondiloartritis?
La espondilitis anquilosante es hereditaria y muchos genes pueden provocarla. Se han encontrado hasta 30 de estos genes. El principal que causa esta enfermedad es el HLA-B27. Casi todas las personas de raza blanca con espondilitis anquilosante son portadoras de este gen.
La artritis enteropática es una forma de artritis inflamatoria crónica. Los dos tipos más comunes son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. No es clara la causa de la artritis enteropática. Puede deberse a bacterias que ingresan en el intestino cuando la inflamación lo daña. Las personas con el gen HLA-B27 son más propensas a tener esta forma de artritis que quienes no lo poseen.
En otras hojas informativas se analizan las causas y los factores de riesgo de otros miembros de la familia de la espondiloartritis.
¿Quién contrae espondiloartritis?
La espondilitis anquilosante tiende a aparecer en adolescentes y jóvenes de entre 20 y 30 años y con más frecuencia en varones que en mujeres. Los familiares de personas afectadas tienen un mayor riesgo de padecerla, aunque depende de si heredaron el gen HLA-B27.
La espondilitis anquilosante tiene una distribución étnica desigual. Aparece con mayor frecuencia en el extremo norte, en culturas como los esquimales de Alaska y Siberia y los lapones escandinavos (también llamados samis), quienes tienen una frecuencia más alta del gen HLA-B27. También afecta más a ciertas tribus de nativos americanos en el oeste de Estados Unidos y Canadá. Los afroamericanos son la raza menos afectada por esta enfermedad.
La frecuencia de la espondilitis anquilosante en Estados Unidos, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES), es del 0.5%, y la de la espondiloartritis axial es del 1.4%.
¿Cómo se diagnostica la espondiloartritis?
El diagnóstico correcto requiere que un médico evalúe el historial médico del paciente y haga un examen físico. También puede solicitar imágenes o análisis de sangre. Puede que necesite una radiografía de las articulaciones sacroilíacas de la pelvis. Los cambios en las radiografías de esas articulaciones, lo que se conoce como sacroiliitis, son un síntoma clave de espondiloartritis. Si las radiografías no muestran suficientes cambios, pero los síntomas son muy sospechosos, el médico podría indicarle una resonancia magnética para ver mejor estas articulaciones y detectar signos tempranos de la enfermedad antes de que aparezcan en las radiografías.
Uno de los análisis de sangre que puede necesitar es el que detecta el gen HLA-B27. Sin embargo, tener este gen no significa que desarrollará espondiloartritis siempre. Muchas personas lo tienen sin padecer artritis y nunca la desarrollan. En última instancia, el diagnóstico queda a criterio del médico.
¿Cómo se trata la espondiloartritis?
Todos los pacientes deberían recibir terapia física y hacer ejercicios dirigidos a las articulaciones. Los más recomendados son aquellos que promueven la elongación y movilidad espinales.
Existen muchas opciones de tratamiento farmacológico. Las primeras líneas de tratamiento son los AINE, como naproxeno, ibuprofeno, meloxicam o indometacina. Ningún AINE es superior a otro. Si se administran en la dosis y duración correctas, estos medicamentos ofrecen un gran alivio a la mayoría de los pacientes.
En caso de hinchazón localizada (no generalizada) de articulaciones, pueden ser eficaces con rapidez las inyecciones de medicamentos con corticosteroides en las articulaciones o en las vainas de los tendones (la membrana alrededor del tendón).
En pacientes que no responden a las líneas de tratamiento indicadas, podrían ser eficaces los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (o FARME) como la sulfasalazina (Azulfidina). Alivian los síntomas y pueden prevenir daños en las articulaciones. Esta clase de medicamentos es útil principalmente en personas con artritis que afecta también las articulaciones de brazos y piernas.
Si bien pueden ser eficaces, no se recomienda tomar corticosteroides por boca. Esto se debe a que la alta dosis necesaria puede provocar muchos efectos secundarios.
Los antibióticos son una opción solo para pacientes con artritis reactiva.
Los bloqueadores del TNF alfa (factor de necrosis tumoral alfa) (una clase más nueva de medicamentos conocidos como biológicos) son muy eficaces en el tratamiento de los síntomas de las articulaciones tanto espinales como periféricas de la espondiloartritis. Los bloqueadores de TNF alfa aprobados por la FDA para su uso en pacientes con espondilitis anquilosante son:
- infliximab (Remicade), que se administra en forma intravenosa (mediante infusión IV) cada 6 a 8 semanas en una dosis de 5 mg/kg;
- etanercept (Enbrel), que se administra mediante una inyección semanal de 50 mg bajo la piel;
- adalimumab (Humira), que se inyecta en una dosis de 40 mg cada dos semanas bajo la piel; y
- golimumab (Simponi), que se inyecta en una dosis mensual de 50 mg bajo la piel.
Sin embargo, el biologic tratamiento es costoso y tiene efectos secundarios, incluido un mayor riesgo de sufrir infecciones graves. Los medicamentos biológicos pueden hacer que los pacientes con tuberculosis latente (sin síntomas) desarrollen una infección activa. Por lo tanto, usted y su médico deberían sopesar beneficios y riesgos al evaluar el tratamiento con medicamentos biológicos. Las personas con artritis en rodillas, tobillos, codos, muñecas, manos y pies deberían probar una terapia con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) antes de someterse a un tratamiento anti-TNF.
El tratamiento quirúrgico es muy útil en algunos pacientes. El reemplazo total de cadera es muy beneficioso en personas con dolor de cadera y discapacidad debido a la destrucción de la articulación por la pérdida de cartílago. Rara vez es necesaria la cirugía espinal, excepto en casos de fracturas traumáticas (rotura de huesos debido a una lesión) o para corregir deformidades de flexión excesiva del cuello, en las que el paciente no puede enderezarlo.
Mayor impacto en la salud
Los pacientes con espondiloartritis pueden sufrir otros problemas. Debería hablar con su médico sobre las posibles complicaciones, que pueden incluir:
- Osteoporosis, que se produce en hasta la mitad de los pacientes con espondilitis anquilosante, en especial en aquellos con la columna vertebral fusionada. La osteoporosis puede aumentar el riesgo de sufrir una fractura espinal.
- inflamación de parte del ojo, llamada uveitis, que se produce en alrededor del 40% de las personas con espondiloartritis. Los síntomas de la uveitis son enrojecimiento y dolor en el ojo. En general, las gotas oculares con esteroides son eficaces, aunque en casos graves podrían necesitarse otros tratamientos de un oftalmólogo.
- Inflamación de la válvula aórtica del corazón, que puede producirse con el tiempo en pacientes con espondilitis. El médico debe controlar su corazón para asegurarse de que no tiene este problema.
- Psoriasis, una enfermedad de la piel que causa descamación que, si es grave, requiere tratamiento de un dermatólogo (médico de la piel).
- Inflamación intestinal, que puede ser tan grave como para requerir tratamiento de un gastroenterólogo (médico especializado en enfermedades digestivas).
Vivir con espondiloartritis
El dolor, la fatiga y la rigidez pueden ser continuos o aparecer y desaparecer. A pesar de estos síntomas, la mayoría de los pacientes llevan una vida productiva y tienen una expectativa de vida normal, en particular con los nuevos tratamientos disponibles. Hay ciertas actividades que pueden hacerse para mejorar la salud. El ejercicio físico frecuente es esencial para mantener saludables las articulaciones y el corazón. Si fuma, intente dejar de hacerlo. El tabaquismo agrava la espondiloartritis y puede acelerar la velocidad de la fusión espinal. Los grupos de apoyo para pacientes brindan apoyo e información útil. Están disponibles en la Spondylitis Association of America (Asociación Estadounidense de Espondilitis), la National Psoriasis Foundation (Fundación Nacional de Psoriasis) o la Arthritis Foundation (Fundación para la Artritis).
Actualizado en junio de 2019 por Kwas Huston, MD revisado por la Comisión de Marketing y Comunicaciones del Colegio Estadounidense de Reumatología.
La presente información se proporciona con el único fin de brindar educación general. Para el asesoramiento médico profesional, el diagnóstico y el tratamiento de afecciones médicas o de salud, consulte a un proveedor de atención médica calificado.