Artritis Reumatoide

La artritis reumatoide (AR) es el tipo de artritis autoinmune más común. En la AR, el sistema inmunitario del cuerpo comienza a reaccionar contra sus propios tejidos, lo que provoca una inflamación significativa en las articulaciones y varios otros órganos. Esto puede causar dolor, rigidez e hinchazón en las articulaciones, y disminución de la flexibilidad de las articulaciones. La AR a menudo afecta a las articulaciones pequeñas de las muñecas, las manos y los pies, pero también puede afectar a articulaciones más grandes y otros órganos, como los ojos, el corazón y los pulmones.
Aproximadamente el 75% de los pacientes con AR son mujeres. Los síntomas suelen comenzar entre los 30 y los 50 años, pero pueden aparecer en personas de cualquier edad. La AR es una enfermedad crónica y no existe cura en la actualidad. Sin embargo, hay muchas formas de tratar y controlar los síntomas. El diagnóstico temprano y los tratamientos adecuados pueden aliviar los síntomas y prevenir daños o discapacidades en las articulaciones.
¿Cuáles son los signos/síntomas?
Es común que se hinchen y duelan las articulaciones pequeñas de las manos y los pies. La enfermedad afecta a las articulaciones siguiendo un patrón simétrico, por lo que afecta a ambas manos o ambos pies al mismo tiempo. Otro signo frecuente de la AR es la rigidez matutina, que dura más de una hora, pero mejora con el movimiento. Los síntomas que duran más de 6 semanas son un signo de inflamación persistente. Para diagnosticar la AR, se requiere un examen físico, múltiples análisis de sangre y exploraciones como radiografías, resonancias magnéticas (RM) o ecografías. Una vez diagnosticada, los tratamientos para la AR tienen como objetivo reducir la inflamación, aliviar síntomas como el dolor o la hinchazón y prevenir daños articulares a largo plazo.
¿Cuáles son los tratamientos comunes?
Los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) suelen ser el primer tratamiento que se receta para la AR. Los FAME comunes incluyen metotrexato, leflunomida, hidroxicloroquina y sulfasalazina. Si los FAME por sí solos no controlan la inflamación de la AR, un reumatólogo puede recetar un medicamento biológico, como abatacept, adalimumab, etanercept, tocilizumab, o medicamentos como tofacitinib o upadacitinib. Ningún tratamiento funciona para todos los pacientes, y muchas personas pueden cambiar su tratamiento al menos una vez durante su vida. Un reumatólogo lo ayudará a encontrar el plan de tratamiento que mejor se adapte a usted.
Vivir con AR
El seguimiento regular con su reumatólogo es clave para un control adecuado de la enfermedad y reducir el riesgo de daño articular. Tome todos los medicamentos según lo recetado e informe a su médico si los medicamentos le causan algún efecto secundario o problema. Siga una dieta antiinflamatoria y realice ejercicios aeróbicos de bajo impacto, como caminar o nadar, para aumentar la fuerza muscular. Dejar de fumar también es muy importante, ya que existe una relación conocida entre el consumo de tabaco y la artritis reumatoide. También se ha demostrado que ciertos suplementos, como el omega-3, la vitamina D o la cúrcuma, mejoran el dolor en pacientes con AR, pero consulte siempre con su médico si son adecuados para usted. Los suplementos no reemplazan el tratamiento con medicamentos para la AR.
Actualizado en febrero de 2025 por Diana Girnita, MD, PhD, y revisado por el Comité de Comunicaciones y Marketing (Committee on Communications and Marketing) del Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology).
Esta información se brinda únicamente para educación general. Se debe consultar a un proveedor de atención médica calificado para obtener información médica profesional, diagnóstico y tratamiento de una afección médica o de salud.
