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El Virus de la Hepatitis C y las Enfermedades Reumáticas

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El virus de la hepatitis C (también llamado VHC) es la principal causa de insuficiencia hepática y la principal razón por la que se necesitan trasplantes de hígado. Además de la hepatitis (inflamación del hígado), el virus también puede causar artritis (inflamación de las articulaciones), dolor muscular, debilidad y problemas vasculares (de los vasos sanguíneos). Generalmente, la infección por el VHC no presenta síntomas.. La mayoría de las personas no saben que portan este virus.

Es común que los pacientes infectados tengan enfermedades reumáticas asociadas al virus. De hecho, estos problemas pueden aparecer incluso antes de que sepan de la infección.

Las enfermedades reumáticas son problemas, entre ellos dolor, en las articulaciones, los músculos y el tejido conjuntivo (el tejido que sostiene y une muchas otras partes del cuerpo). Las enfermedades reumáticas vinculadas con el VHC son el resultado de la infección por el virus. Por lo general, los primeros síntomas (y los más comunes) son dolor en las articulaciones y los músculos, combinado con cansancio. Con menos frecuencia puede presentarse hinchazón e inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis).

¿Qué causa las enfermedades reumáticas vinculadas con el VHC?

La propia infección por el VHC provoca dolor articular y muscular. La infección activa el sistema inmunitario del cuerpo, que combate el virus. La activación del sistema inmunitario también puede causar dolor articular y muscular. En una persona infectada por el VHC, el virus se multiplica constantemente en la sangre y en el hígado. Esto activa de modo continuo el sistema inmunitario. De este modo, se pueden presentar diversos problemas reumáticos con el tiempo. Pueden ser desde artritis y “crioglobulinemia” hasta insuficiencia renal.

La crioglobulinemia se produce cuando ciertas proteínas anormales en la sangre (crioglobulinas) se solidifican con el frío. Esto puede causar dificultades en los vasos sanguíneos, sobre todo cuando las temperaturas son bajas. Ello puede derivar en el “fenómeno de Raynaud”, que provoca que los dedos se vuelvan blancos por el frío.

¿Quiénes contraen enfermedades reumáticas vinculadas con el VHC?

Las enfermedades reumáticas vinculadas con el virus de la hepatitis C pueden afectar a personas portadoras del virus de ambos sexos y de todas las edades y razas. Actualmente, la principal forma en la que se propaga el VHC es a través del uso de drogas intravenosas con agujas contaminadas u otros utensilios para drogas contaminados. El VHC puede incluso propagarse por medio de otro tipo de uso de drogas, por ejemplo, cuando las personas comparten instrumentos para “esnifar” cocaína.

A diferencia del virus de inmunodeficiencia humana, también conocido como VIH o virus del sida, las relaciones sexuales sin protección con parejas infectadas no son una causa tan común de contagio del VHC. Sin embargo, hay informes de contagios entre quienes tienen conductas sexuales de alto riesgo. Por lo tanto, los pacientes que se compruebe que están infectados con el virus de la hepatitis C también deben realizarse una prueba de VIH, y viceversa.

También es posible que el bebé de una madre infectada con el VHC se contagie durante el parto. Sin embargo, no es algo común.

¿Cómo se diagnostican las enfermedades vinculadas con el VHC?

El primer obstáculo en el diagnóstico de las enfermedades vinculadas con el VHC es el diagnóstico propio del virus. Los síntomas de la infección por VHC generalmente se encuentran latentes, por ese motivo el médico debe saber acerca del vínculo entre la hepatitis C y las enfermedades reumáticas con el fin de saber qué estudios deben realizarse.

El diagnóstico de VHC se realiza mediante la búsqueda de anticuerpos (proteínas inmunitarias) contra el virus en el suero sanguíneo. Luego, un segundo análisis de sangre para encontrar el virus confirma el diagnóstico. Dicho análisis permite a los médicos determinar la velocidad de multiplicación del virus, que es una señal de cuán activo está. Esto es bueno saberlo para las visitas de seguimiento, cuando el paciente pueda repetir el estudio. Una vez que se confirma el diagnóstico de VHC, el diagnóstico de la enfermedad vinculada con el virus es bastante sencillo.

¿Cómo se tratan las enfermedades vinculadas con el VHC?

La mejor atención es la “multidisciplinaria”, en la cual proveedores de atención médica de distintas especialidades médicas trabajan en equipo para atender al paciente. Todos los pacientes infectados con el VHC necesitan consultar a un especialista en hígado (un hepatólogo o un gastroenterólogo). Este médico evaluará la gravedad del daño hepático y si se deben realizar estudios de detección de cáncer de hígado. También decidirá si el paciente puede iniciar un tratamiento para el VHC. Algunos pacientes que padecen otras enfermedades, problemas de salud mental o problemas con las drogas o el alcohol podrían no estar preparados para iniciar un tratamiento de inmediato.

El tratamiento combinado
En los últimos años se han producido una de las revoluciones más notables en el desarrollo de tratamientos para el VHC muy eficaces y que los pacientes toleran bien; ahora pueden curar a casi todos los infectados. En el pasado, el tratamiento se basaba en el uso de un fármaco llamado interferón que tenía efectos secundarios desagradables y la posibilidad de inducir o empeorar muchas enfermedades reumáticas. En la actualidad, hay disponibles nuevos tratamientos sin interferón que pueden lograr la cura en solo 2 o 3 meses, aunque algunas personas necesitan más tiempo.

Con el uso apropiado de medicamentos para el VHC, hasta el 97% de los pacientes que completan el tratamiento pueden curarse. La desventaja es que el tratamiento es largo y tiene muchos efectos secundarios. Sin embargo, el éxito del tratamiento contra el virus de la hepatitis C (que ahora es posible en casi todos los pacientes) con frecuencia deriva en un excelente control, o incluso la cura, de los problemas reumáticos.

Tratamiento de problemas en las articulaciones
Un mejor control de los problemas en las articulaciones que causa el VHC también es posible por medio de medicamentos utilizados para tratar otros tipos de artritis. Sin embargo, algunos de estos medicamentos pueden tener sus propios efectos tóxicos en el hígado o empeorar la infección vírica. Por lo tanto, los reumatólogos y especialistas del hígado deben trabajar en conjunto para tratar a estos pacientes.

Los medicamentos anti-factor de necrosis tumoral (conocidos como medicamentos anti-TNF) han mejorado el tratamiento de la artritis reumatoide. Su empleo en pacientes infectados con VHC que padecen este tipo de artritis parece ser seguro. Parece que el hígado no sufre daños ni aumenta la velocidad de reproducción del virus. Otro medicamento para la artritis reumatoide, el rituximab (MabThera, Rituxan), también se está probando en pacientes con VHC.

Consejos para prevenir la infección con el VHC

Un mayor control en las transfusiones de sangre ha reducido en gran medida la propagación del VHC. Actualmente, es una causa muy poco frecuente de nuevas infecciones. No habría que preocuparse por contagiarse el virus en una transfusión de sangre. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda ahora que todos los estadounidenses nacidos entre 1945 y 1965 se realicen estudios de detección del VHC.

Si posee factores de riesgo para el VHC, reducirlos puede ser útil para prevenir la propagación del virus. Teniendo en cuenta los avances en los tratamientos, existe la necesidad de realizar más pruebas de detección del virus. Si usted está expuesto a la infección con el virus de la hepatitis C, consulte con su médico acerca de los estudios de detección.

Vivir con el VHC y enfermedades reumáticas

Los problemas en las articulaciones y en los músculos relacionados con el VHC pueden causar molestias y dificultar las actividades diarias. Por lo tanto, es importante consultar a un reumatólogo, que es un experto en la detección y el tratamiento de los problemas de las articulaciones y los músculos. Como el tratamiento es complejo, asegúrese de que haya comunicación entre el médico a cargo del tratamiento de la enfermedad hepática y los médicos que tratan los síntomas no hepáticos del VHC. También, asegúrese de que le realicen controles a largo plazo. Esto es esencial, ya que la enfermedad hepática puede empeorar y derivar en insuficiencia hepática o cáncer de hígado.

Los grupos de apoyo también proporcionan ayuda y sugerencias útiles para hacer frente a la enfermedad. Encontrará más consejos en la hoja de datos “Vivir bien con enfermedades reumáticas”.

Actualizado en marzo de 2019 por Vaneet Sandhu, MD, y revisado por la Comisión de Marketing y Comunicaciones del Colegio Estadounidense de Reumatología.

La presente información se proporciona con el único fin de brindar educación general. Para el asesoramiento médico profesional, el diagnóstico y el tratamiento de afecciones médicas o de salud, consulte a un proveedor de atención médica calificado.

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