Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme es una infección transmitida por la picadura de las garrapatas de patas negras infectadas. En el noreste, los estados del Atlántico medio, y el centro-norte de Estados Unidos, la transmite el Ixodes scapularis, o garrapata del ciervo (o las garrapatas de venado), y en la costa del Pacífico, lo hace la garrapata de patas negras occidental (Ixodes pacificus).
Si se detecta y trata a tiempo, la infección desaparece con rapidez en la mayoría de los casos. Si no se descubre hasta las últimas etapas de la infección, las personas con enfermedad de Lyme tienen más probabilidades de tener síntomas.
La enfermedad de Lyme es causada por la propagación de la bacteria Borrelia burgdorferi que vive dentro de las garrapatas infectadas. Estas pequeñas garrapatas pueden adherirse a la piel humana y pasar desapercibidas, alimentándose unos pocos días. Durante ese tiempo, la bacteria se transmite de la garrapata a la persona, antes de que la garrapata abandone el cuerpo. Otras infecciones transmitidas por garrapatas pueden generarse al mismo tiempo (coinfección) o independientemente de la enfermedad de Lyme. Estas también requieren atención médica inmediata.
¿Qué es la enfermedad de Lyme?
La enfermedad de Lyme es una infección resultante del ingreso en el cuerpo de la bacteria Borrelia burgdorferi, cuando cierta garrapata infectada pica a una persona. La infección se produce en tres etapas.
En la etapa localizada temprana, una erupción llamada eritema migrans aparece en el lugar de la picadura de la garrapata de tres días a unas pocas semanas más tarde. La erupción comienza como una pequeña marca roja y al pasar los días crece lentamente hasta dos pulgadas de ancho por lo menos. Se puede extender a 10 o más pulgadas, a veces con forma de anillo o de ojo de buey.
Generalmente, la erupción no duele ni pica. En un 10% a 25% de los casos, la erupción pasa desapercibida. Si no se trata, la infección puede diseminarse a otras partes del cuerpo en días o semanas. Esto se conoce como la etapa diseminada temprana. La persona infectada puede tener muchos signos y síntomas tales como:
- Más de una erupción
- Fiebre
- Dolor en las articulaciones y en los músculos
- Dolor de cabeza
Aproximadamente en un 20% de los casos, la infección puede atacar el sistema nervioso. Esto puede causar un grave dolor de cabeza y rigidez en el cuello, parálisis de los músculos de la cara o inflamación dolorosa de los nervios. Si la infección alcanza el corazón, como sucede en aproximadamente el 5% de los casos en esta etapa, puede reducirse el ritmo cardíaco en gran medida (conocido como bloqueo cardíaco). Algunas personas no experimentan síntomas.
La etapa tardía puede aparecer meses o incluso años después de la picadura, sobre todo en aquellos que no recibieron un tratamiento temprano. En esta etapa, la infección puede afectar las articulaciones (artritis de Lyme), causando dolor e inflamación en una o ambas rodillas. Con menos frecuencia, la artritis de Lyme puede afectar otras articulaciones, sobre todo grandes.
Es poco frecuente que la infección en etapa tardía también pueda dañar el sistema nervioso. Puede afectar a los nervios periféricos (los nervios fuera del cerebro y la médula espinal), lo que genera entumecimiento o sensación de hormigueo o, con menor frecuencia, debilidad. Si la infección afecta al cerebro, puede provocar problemas en la memoria y la concentración.
¿Quiénes contraen la enfermedad de Lyme?
En los Estados Unidos, la enfermedad de Lyme se genera principalmente en el noreste y los estados del Atlántico Medio desde Virginia hacia el norte, la parte superior de la región central y, en menor medida, en el norte de California y el noroeste del Pacífico. La enfermedad lleva el nombre del pueblo de Old Lyme, Connecticut, donde se descubrieron los primeros casos en el año 1975.
Las personas con mayor riesgo son aquellas que pasan tiempo al aire libre en las zonas rurales o suburbanas de estas regiones, sobre todo en determinadas épocas del año. Se producen más infecciones a finales de la primavera y principios del verano. Esa es la época en la que se alimenta la garrapata diminuta (del tamaño de una semilla de amapola) e inmadura (ninfa). Una segunda y más pequeña oleada de la enfermedad de Lyme se produce en otoño y de principios a mediados de la primavera cuando la garrapata adulta de un tamaño mayor (de semilla de sésamo) se alimenta. El riesgo de las picaduras de garrapatas es menor hacia fines del verano después de que las garrapatas ninfa se vuelven inactivas y durante el invierno. El clima frío (por debajo de 50 °F) y las nevadas hacen que la garrapata adulta hiberne.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Lyme?
Los reumatólogos son expertos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que pueden afectar a las articulaciones y los músculos, incluso las infecciones como la enfermedad de Lyme. Los médicos de cabecera y especialistas en enfermedades infecciosas también pueden diagnosticar y tratar a las personas que padecen la enfermedad de Lyme.
La forma más precisa para detectar la enfermedad es con dos análisis de sangre. El primero es una prueba de detección llamada ensayo de inmunoabsorción ligado a enzimas (conocido como ELISA) en el que se buscan ciertos anticuerpos (proteínas inmunitarias) que son la respuesta del sistema inmunitario a la infección. Esta prueba de detección tiende a dar resultados falso positivos, por lo que con frecuencia se realiza una segunda prueba, un Western blot (o electrotransferencia), para confirmar los resultados positivos (anormales) o limítrofes positivos de ELISA.
En algunas ocasiones, dichos análisis de laboratorio pueden ser incorrectos. Una persona que no padece la enfermedad de Lyme puede obtener un resultado falso positivo en un análisis de sangre, o alguien que sí padece la enfermedad puede obtener un resultado normal, lo que se denomina como falso negativo (un falso negativo es común durante las primeras semanas de la infección, pero en etapas posteriores no lo es.) Por lo tanto, solo los pacientes que presentan posibles síntomas de la enfermedad deben realizarse estudios de laboratorio para confirmar o no la enfermedad de Lyme.
¿Cómo se trata la enfermedad de Lyme?
La enfermedad de Lyme se trata con determinados antibióticos. En la mayoría de los casos, la enfermedad de Lyme en etapa temprana se trata exitosamente mediante un tratamiento con antibióticos por vía oral (por la boca) por un periodo de dos a tres semanas. La mayoría de los expertos están de acuerdo con que gran parte de los casos de enfermedad de Lyme en etapa temprana necesitan solo dos o tres semanas de tratamiento con antibióticos. Sin embargo, los pacientes con artritis (inflamación de una articulación) necesitan un tratamiento más prolongado (cuatro semanas) con antibióticos orales. Si la artritis persiste, puede ser necesaria una segunda tanda de cuatro semanas de antibióticos por vía oral o intravenosa (generalmente llamada IV). Las infecciones que afectan el sistema nervioso o el corazón también pueden precisar antibióticos por vía intravenosa.
Incluso cuando el tratamiento con antibióticos no comienza hasta las etapas posteriores, sigue siendo exitoso en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, la detección y el tratamiento tempranos son de gran importancia. Las personas son más propensas a manifestar síntomas persistentes después del tratamiento si no lo reciben inmediatamente. Algunos síntomas son: fatiga, falta de sueño, dolores musculares y articulares. El nombre para este conjunto de síntomas continuos es el síndrome posterior a la enfermedad de Lyme.
Se desconoce la causa de este síndrome. Los síntomas son similares a aquellos que pueden aparecer luego de otras infecciones y factores de estrés en el cuerpo. El tratamiento con antibióticos adicionales después del primer tratamiento estándar no ha demostrado ser útil. Solo las personas con una infección activa en curso (lo cual no es frecuente después del tratamiento antibiótico recomendado anteriormente) deben recibir tratamiento antibiótico adicional. La mayoría de las personas con este síndrome mejorarán con el tiempo.
Prevención de la Enfermedad de Lyme
Las garrapatas no saltan. En cambio, se deben adherir al individuo luego del contacto directo. Cómo reducir el riesgo de la enfermedad de Lyme:
- Evite los hábitats preferidos de las garrapatas. Estos son los pastos altos, la tierra cubierta de hojas y los cepillos. En su lugar, permanezca en los caminos abiertos, el césped corto o la arena.
- Vístase de manera adecuada. Utilice ropa de color claro para que sea más fácil visualizar las garrapatas adheridas a su cuerpo. Cuando sea posible, use calzado cerrado y pantalones largos. Coloque los dobladillos de los pantalones largos dentro de los calcetines para bloquear el acceso a la piel.
- Use repelentes e insecticidas. Rocíe su piel y la ropa con repelentes que contengan DEET cuando se encuentre al aire libre. Las prendas (no la piel) pueden tratarse con el insecticida permetrina para exposiciones más prolongadas. Asegúrese de seguir todas las indicaciones del envase si lo utiliza.
- Revise su cuerpo para buscar garrapatas luego de haber estado al aire libre. Generalmente, quitar las garrapatas dentro de las 24 a 36 horas de que se adhieran a su cuerpo evitará la propagación de la enfermedad. Si encuentra una garrapata en su piel, consulte a su médico si desconoce cuánto tiempo ha estado allí o si es probable que haya estado allí más de uno o dos días.
- Quite la garrapata correctamente. En cuanto vea una garrapata, retírela desde la cabeza con unas pinzas de punta fina.
Por el momento, no existe vacuna alguna contra la enfermedad de Lyme. En el futuro podría haber una vacuna disponible.
Convivir con la Enfermedad de Lyme
Hasta que se sienta mejor, descanse adecuadamente y modere el ritmo de sus actividades. Luego, retome su vida normal lentamente. Luego de haber finalizado el tratamiento, continúe el seguimiento con su médico. Para aquellos a los que los síntomas se han prolongado luego del tratamiento, llevar un estilo de vida saludable se vuelve aún más importante. Esto comprende el ejercicio, la buena nutrición y suficiente descanso. Una vez más, el seguimiento con el médico es de gran importancia para ayudar a su recuperación.
- El tratamiento de la enfermedad de Lyme generalmente es exitoso.
- Los análisis de sangre pueden ser negativos (normal) durante las primeras semanas de la infección. Por lo tanto, la enfermedad de Lyme en etapa temprana debe ser diagnosticada y tratada en base al riesgo de exposición de una persona y los síntomas típicos.
- Cuando los síntomas persisten después del tratamiento, el cuidado médico y un seguimiento adecuado lo ayudarán en la recuperación.
- Para reducir el riesgo de la enfermedad de Lyme, evite los hábitats en los que se encuentran las garrapatas en determinadas épocas del año, revise su cuerpo para buscar si tiene alguna y quite rápidamente cualquiera que encuentre.
Actualizado en marzo de 2019 por Christopher Mecoli, MD y revisado por la Comisión de Marketing y Comunicaciones del Colegio Estadounidense de Reumatología.
La presente información se proporciona con el único fin de brindar educación general. Para el asesoramiento médico profesional, el diagnóstico y el tratamiento de afecciones médicas o de salud, consulte a un proveedor de atención médica calificado.