Síndrome de Hipermovilidad (Juvenil)

En el síndrome de hipermovilidad, las articulaciones del niño se mueven más allá del rango normal de movimiento. A los niños con articulaciones hipermóviles se los suele llamar de articulaciones “dobles” o “flojas”. Los niños hiperlaxos pueden tener dolor en las articulaciones o los músculos que empeora durante la noche o con la actividad. Sus articulaciones no están inflamadas. Los niños con síndrome de Down suelen ser hiperlaxos. Las niñas tienden a ser más hiperlaxas que los niños. La hipermovilidad parece ser hereditaria y puede estar presente en cualquier niño. En ocasiones poco frecuentes, los niños con hipermovilidad tienen un trastorno del tejido conectivo, como el síndrome de Marfan o el de Ehlers-Danlos.
¿Cuáles son los signos/síntomas?
La hipermovilidad puede provocar dolor crónico en las articulaciones o los músculos. Algunos niños pueden desarrollar síndromes de dolor crónico, como amplificación del dolor o fibromialgia. Las articulaciones pueden hincharse después de la actividad, en las últimas horas de la tarde o por la noche. Los niños hiperlaxos tienen mayor probabilidad de sufrir esguinces o lesiones de tejidos blandos en las articulaciones afectadas. Pueden tener poca sensibilidad articular, dolor de espalda o pie plano. Otros tienen piel flácida, se hacen hematomas con facilidad, tienen cicatrices finas y padecen afecciones en las que los nervios se comprimen o se pinzan. Los dolores de crecimiento, o dolores profundos en las extremidades y los músculos, también pueden observarse con mayor frecuencia en niños hiperlaxos. El diagnóstico se basa en un examen físico que muestra un exceso de rango de movimiento en ciertas articulaciones. Algunos niños necesitan someterse a análisis de laboratorio para descartar enfermedades o problemas genéticos.
¿Cuáles son los tratamientos comunes?
Los dolores musculares que aparecen después de la actividad y los dolores de crecimiento pueden mejorar con descanso y masajes. Hacer ejercicio, fortalecer los músculos, utilizar medidas de protección para las articulaciones y practicar formas de mejorar el equilibrio, como pararse en un pie o caminar en línea recta, pueden aliviar los síntomas. La fisioterapia es útil para guiar y enseñar estas técnicas. Los niños con pie plano pueden necesitar plantillas. Medicamentos como el ibuprofeno (Advil, Motrin), naproxeno sódico (Aleve) o acetaminofeno (Tylenol) pueden aliviar el dolor ocasional.
Vivir con el síndrome de hipermovilidad
La fisioterapia y el ejercicio diario pueden fortalecer los músculos de un niño y estabilizar las articulaciones. Una buena postura al estar de pie o sentado, permanecer de pie con las rodillas ligeramente flexionadas, evitar rangos extremos de movimiento y usar buen calzado con soporte para el arco pueden ayudar a controlar los síntomas o prevenir lesiones en las articulaciones. Esto también puede prevenir el uso excesivo de las articulaciones. Los niños deben mantenerse físicamente activos, comer una dieta equilibrada y mantener un peso saludable. Los padres pueden modificar la actividad del niño en función de los niveles de dolor. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre (como Motrin o Aleve) o los analgésicos solo deben usarse para aliviar el dolor ocasional antes o después de la actividad o el ejercicio.
Actualizado en marzo de 2025 por Miriah Gillispie-Taylor, MD, y revisado por el Comité de Comunicaciones y Marketing (Committee on Communications and Marketing) del Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology).
Esta información se brinda únicamente para educación general. Se debe consultar a un proveedor de atención médica calificado para obtener información médica profesional, diagnóstico y tratamiento de una afección médica o de salud.
