Síndrome de Dolor Musculoesquelético Amplificado (AMPS)

El síndrome de dolor musculoesquelético amplificado (Amplified Musculoskeletal Pain Syndrome, AMPS) es un término general para el dolor musculoesquelético crónico no inflamatorio. Otros nombres que puede escuchar son síndrome de fibromialgia juvenil, dolor musculoesquelético crónico (DMC), dolor generalizado crónico (Chronic Widespread Pain, CWP), distrofia simpática refleja (Reflex Sympathetic Dystrophy, RSD), distrofia neurovascular refleja (Reflex Neurovascular Dystrophy, RND) o dolor miofascial. El AMPS generalmente se observa en la niñez y la adolescencia, y afecta más comúnmente a niñas preadolescentes y adolescentes, con una edad promedio que oscila entre los 11.5 y 15 años. Se desconoce la causa exacta del AMPS. Las investigaciones actuales sugieren que el AMPS es el resultado de una respuesta defectuosa o desordenada y de un aumento de la señal de dolor por parte del sistema nervioso central y del sistema nervioso periférico.
¿Cuáles son los signos y síntomas?
Los síntomas comunes pueden incluir, entre otros, fatiga, dificultad para dormir, dolores de cabeza, dolor abdominal, mareos, dolor en las articulaciones y aumento del ritmo cardíaco. La ansiedad o la depresión pueden ser comunes y deben considerarse en todos los pacientes recién diagnosticados. Pueden presentarse algunos síntomas neurológicos, como sensación de frío y color azulado en los dedos de las manos o de los pies, además de hinchazón y sudoración.
¿Cuáles son los tratamientos comunes?
El objetivo del tratamiento del AMPS es devolver al paciente su función diaria normal reduciendo el dolor, restableciendo el sueño y el estado de ánimo normales, y disminuyendo cualquier impacto negativo en la calidad de vida relacionada con la salud. El diagnóstico de las causas primarias y secundarias es importante y puede involucrar a otros especialistas de la salud, como psicólogos y fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales. El tratamiento del AMPS consiste en el manejo del dolor sin medicamentos y puede incluir terapia cognitiva conductual, fisioterapia y terapia ocupacional, ejercicio aeróbico (cardio) regular y concentración en la reducción del estrés. El manejo del dolor puede incluir programas de ejercicio que aumenten gradualmente, actividades diarias regulares en forma de entrenamiento aeróbico funcional, disminución de la atención al dolor y psicoterapia.
Consejos de cuidado/manejo
Una vez realizado el diagnóstico de AMPS, se recomienda participar en actividades normales, asistir a sesiones de terapia y volver gradualmente a una rutina normal. Es importante reconocer que el dolor que experimenta su hijo o adolescente, si bien no es peligroso, es muy real.
Actualizado en febrero de 2025 por Howard Yang, MD, RhMSUS, y Laura E. Ray, MA, MLS, y revisado por el Comité de Comunicaciones y Marketing (Communications and Marketing Committee) del Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology).
Esta información se brinda únicamente para educación general. Se debe consultar a un proveedor de atención médica calificado para obtener información médica profesional, diagnóstico y tratamiento de una afección médica o de salud.
