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Inmunoglobulina Intravenosa (IVIG)

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La inmunoglobulina intravenosa (IgIV) es un tratamiento terapéutico para pacientes con deficiencias de anticuerpos. Se prepara a partir de un grupo de inmunoglobulinas (anticuerpos) del plasma de miles de donantes sanos. Las inmunoglobulinas son producidas por el sistema inmunitario de personas sanas para combatir infecciones. Si bien la IgIV se deriva del plasma (un producto sanguíneo), está tan purificada que las probabilidades de contraer una infección transmitida por la sangre son extremadamente bajas.

A diferencia de muchos de los medicamentos recetados por los reumatólogos, la IgIV no aumenta el riesgo de infección. La IgIV funciona de diferentes maneras para evitar que el cuerpo se ataque a sí mismo y para disminuir varios tipos de inflamación en el cuerpo. Se considera seguro para su uso durante el embarazo y la lactancia.

La IgIV se usa para tratar ciertas enfermedades reumáticas, incluida la enfermedad de Kawasaki en niños. También se puede utilizar en el tratamiento de enfermedades musculares inflamatorias, como la dermatomiositis, la polimiositis y la dermatomiositis juvenil. Puede usarse para tratar recuentos plaquetarios muy bajos (púrpura trombocitopénica idiopática) en pacientes con lupus eritematoso sistémico. También puede resultar útil en el tratamiento de muchas otras afecciones por inmunodeficiencia.

Cómo tomar el medicamento

La IgIV se administra como una infusión intravenosa (a través de la vena en el brazo), que toma varias horas en completarse. La frecuencia de las infusiones varía según la necesidad del paciente. Se puede administrar como una infusión única (por ejemplo, para la enfermedad de Kawasaki). En el caso de otras enfermedades, se puede administrar entre 1 y 5 días por mes. La frecuencia y la duración de las infusiones dependen de la enfermedad subyacente y del curso clínico. La IgIV puede tardar varias semanas en hacer pleno efecto. La dosis de IgIV también varía de acuerdo con la afección a tratar, aunque, habitualmente, se basa en el peso corporal. En estas enfermedades, el tratamiento con IgIV implica la administración de 2 g/kg durante 2 a 5 días consecutivos.

Actualmente, existen fórmulas de inmunoglobulina que pueden administrarse debajo de la piel (inmunoglobulina subcutánea o IgSC) cuando la vía intravenosa no es viable.

Efectos Secundarios

A la mayoría de las personas les va bien con la IgIV, y solo experimentan efectos secundarios leves. La IgIV puede causar reacciones a la infusión, como fiebre, escalofríos, enrojecimiento, erupción, dolor muscular y náuseas. El dolor de cabeza también es relativamente común. Estos generalmente no son severos y mejoran con analgésicos y antihistamínicos.

En raras ocasiones, la IgIV puede causar meningitis aséptica (inflamación del revestimiento del cerebro sin una infección). El uso de medicamentos como los esteroides, los antiinflamatorios no esteroides (AINE), el acetaminofén y la difenhidramina y mantenerse bien hidratado puede ayudar a prevenir estas complicaciones. Entre los pacientes que tienen ciertas formas de deficiencia de IgA, puede ocurrir una reacción alérgica grave a la IgIV.

En formulaciones de IgIV con un alto contenido de azúcar, el nivel de azúcar en la sangre puede verse afectado de forma transitoria después de una infusión. A menudo, esto puede evitarse reduciendo la velocidad de las infusiones e hidratando bien el cuerpo.

Además, debido a que el medicamento tiene un gran volumen, puede empeorar la insuficiencia cardíaca y hacer que la presión arterial aumente temporalmente. La IgIV también aumenta ligeramente el riesgo de coágulos sanguíneos cuando se administra en dosis altas.

Informe a su reumatólogo

Si desarrolla una reacción grave (dificultad para respirar, opresión en el pecho, sibilancias, erupción cutánea, fiebre) o si tiene dolor de cabeza intenso y persistente con rigidez en el cuello, náuseas y vómitos, informe a su reumatólogo. Mientras que algunas reacciones pueden ocurrir mientras se administra IgIV, otras ocurren dentro de unas pocas horas o días después de la infusión.

SSi bien las vacunas no están contraindicadas durante el tratamiento con IgIV, es posible que su cuerpo no pueda responder completamente a las vacunas. Hable con su reumatólogo acerca del mejor momento para aplicárselas. Además, algunos análisis de sangre (que se basan en la comprobación de un anticuerpo en la sangre) realizados durante la terapia con IgIV pueden ser inexactos.

Actualizado en febrero de 2022 por Mohammad Ursani, doctor en Medicina, y revisado por el Comité de Comunicaciones y Mercadotecnia del Colegio Estadounidense de Reumatología.

La presente información se proporciona con el único fin de brindar educación general. Para el asesoramiento médico profesional, el diagnóstico y el tratamiento de afecciones médicas o de salud, consulte a un proveedor de atención médica calificado.

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